Te invito a abandonar este mundo,
Raptaré tu alma esta noche,
Al caer el último suspiro consiente de tu ser,
Me escabulliré entre la oscuridad de tu habitación,
Te observaré dormida, inquieta.
Te arrancaré de los brazos de Morfeo,
Te retendré toda la noche,
En los sueños no hay límites,
Podremos ser los mejores amantes,
Disfrutaremos placeres de inmortales.
Dejémonos llevar por los subconscientes,
Reprimamos los complejos
Y liberemos los instintos,
Que los amores prohibidos se experimenten mientras dormimos,
Inundados por música de jazz.
Deja tu alma libre esta noche,
Pasaré por ella cuando los gatos se amen,
Y los perros aúllen a la luna,
Déjame penetrar en el umbral de tu ventana,
Deja encendida una vela que me guíe hacía ella.
Los sueños son testigos mudos,
El subconsciente los guarda en un baúl enterrado profundamente,
Entonces, ámame sin reparos,
No dejemos nada sin hacer, sin amar,
Recorramos todos los pliegues de cada cuerpo, sólo en sueños.
Acepta mi humilde invitación,
Amémonos en sueños,
Huyamos de las reglas morales,
Amémonos sin vergüenza,
Deja que rapte tu alma esta noche,
Amémonos como dioses,
Deja volar tu imaginación,
y amémonos sin presentarnos.
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