martes, 22 de septiembre de 2009

En Bandeja de Plata (20/08/2008)

La mesa está servida, mi mente será el postre,
Sube y baja en mi interior el ritmo de mi corazón,
Sistemas cardíacos bombean el azúcar de mi sangre,
Entre cenizas y lágrimas se endulza la salinidad de mi alma.

Y es que mi gastronomía es la monotonía de prejuicios baratos.

Sangre ardiente ulcera las paredes de mi entorno,
La materia oscura que resalta mi personalidad es mi alma que grita,
Los malestares que destruyen mi intestino debilitan mi destino,
Es mi rabia la que suelta espuma entre tinta roja y líneas de fuego.

Y es que mi paciencia es la ciencia del estúpido sumiso.

Arde mi espalda entre rejas abiertas de carne gruesa,
Mi esencia está servida como buffet en tu banquete de delirios anónimos,
Es mi razón la que adereza la ensalada de asquerosidades que te satisfacen,
Cenizas, sangre, lágrimas y materia fétida cubren el mantel que adorna tu festín.

Y es que mi psicología es la lobotomía de mi alma muerta.

La mesa está servida, mis genitales entre fideos púbicos,
Sube y baja la indecencia de sus rostros,
Sistemas conyugales quebrantan promesas de amor eterno,
Entre hierba, licores y condones mi alma se libera.

Y es que tu pecado es el bocado de mi corazón destrozado.

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