Cielo rojo, estrellas sangrantes,
Gritos silenciados, cometas desapercibidos,
Y retiemble en sus centros las conciencias, la sangre arde,
Las palomas emigraron hacia el frío infierno, los héroes tiemblan.
Suena en el cielo las guirnaldas de oliva,
Mas si osare un cobarde a esconderse en el olvido,
El acero y el cañón resonaron antes del temblor.
Cielo rojo, estrellas llameantes,
Desesperación rebajada con dolor, inyectada al corazón,
Sabia luna se desaparece entre nubes llenas de odio y sin razón,
La campana se calló y los dolores profanaron tu suelo.
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